Cuarentona en remodelación.

La llegada de un nuevo integrante a la familia, no siempre es fácil, más aún cuando ya hay tres hijas y ¡oh sorpresa, es un niño! La emoción de mi padre y abuelo es difícil de superar, obviamente como hermana mayor tuve que lidiar con la frustración de que alguien más fuera "tan especial" yo tenía a penas 10 años, pero los celos me llevaron a ignorar la llegada de mi hermano por 2 semanas, poco a poco y más a fuerza que por iniciativa propia, me resigne a su presencia, evidentemente me enamore de ese niño, le cambie los pañales de vez en cuando, por cierto eran de tela, encima se le ponía un pañal de plástico (yo con mis hijos use desechables)  ayude a darle el biberón, a cuidarlo cuando nuestra madre tenía algo que hacer... El al igual que mi hermana era arrullado en una hamaca, en alguna ocasión mi mamá me lo encargo y yo estaba molesta ¿por qué? no lo sé, recuerdo mecerlo con fuerza, cual fue mi suerte que se rompió un extremo de donde estaba sujetada, digo suerte, porque ...

¿Qué hace feliz a un niño? ¿Recordaran el dinero gastado? ¿Es cierto lo del tiempo de calidad?  No sé, pero hace 2 semanas hice unos sándwiches asados, puse suficiente agua y nos fuimos Diego Sara y yo, primera parada "Túnel de la ciencia" (hace un tiempo tuvimos que pasar por ahí corriendo, ya era muy tarde y teníamos que transbordar hacia indios verdes, pero esa es otra historia) mis hijos muy atentos, solo se detenían a ver las fotos que a ellos les parecían interesantes, en donde si se tomaron su tiempo fue  en el túnel, se detenían, observaban, preguntaban, comentaban y yo, embobada con ellos, escuchando y aprendiendo. ¿Ardillitas, dónde están? Segunda parada, "Castillo de Chapultepec" como estábamos en el metro, así llegamos, para Diego es toda una experiencia viajar en metro, le encanta y para Sara no es fue tan emocionante pero fue bueno salir de la rutina, caminamos, buscamos en donde sentarnos, nos lavamos las manos y comimos los sándwiches que había prepa...

Después de alcanzar un objetivo y vivir las emociones a flor de piel, de saborear el haber superado las limitaciones, de respirar y transpirar la felicidad por los poros, viene un cierto desanimo, ya llegue, ya cumplí.. ¿Y ahora qué? Es normal, supongo. Es hora de volver sobre mis pasos y trabajar en las áreas de oportunidad, la verdad es que siempre hay cosas que se pudieron hacer mejor. Me pregunto si es conveniente seguir o enfocarme en otra cosa, hice planes para este medio maratón y no salió como había planeado, no por falta de ganas, sino por las circunstancias y no me justifico, pero mi realidad es que tengo 3 hijos, un esposo, una casa, tareas, llevar a los críos a donde se requiera, hay ocasiones en que tengo que decidir si duermo un rato más o salgo a entrenar antes de que salga el sol. Se que mis hijos a medida que crecen me necesitaran menos, pero hay algo innegable, no me estoy haciendo más joven.  ¿Estoy satisfecha? Si, logre cruzar la meta. ¿Quiero intentar nuevament...