Cuando ya no este...
Cuando ya no este, por favor díganle a mis hijos que son fueron y serán un privilegio en mi vida, que son las personas más maravillosas que la vida me permitió conocer, que fueron los grandes maestros de mi vida que siempre, siempre los llevo conmigo, que mis momentos más felices fueron con ellos, e irónicamente sin ellos también. Cuéntenles que nunca tuve en mis planes ser mamá, pero cuando nacieron no imagine la vida si ellos.
¿Por qué se los pido? Porque ahora son pequeños y entre las prisas, los cumpleaños, las escuelas, las clases de música, los paseos, la cotidianeidad, van creciendo y de a poco olvidaran las pequeñas historias que día con día escribimos.
Cuando ya no este, cuéntenles lo mucho que los desee, los planee, los disfrute, díganles que siempre han sido suficientes, que los amo por encima de todo, que mi corazón camina de la mano con cada uno de ellos, que no me importa a que se dediquen, porque cualquier trabajo dignifica a hombres y mujeres de bien. Que siempre pido a la vida, al universo que encuentren la felicidad en todo lo que suceda en sus vidas, que tengan aprendizajes y experiencias de vida que los hagan crecer.
Si recuerdan alguna anécdota platíquenles con entera confianza, de como viví mis embarazos, de lo aplicada que fui, porque con cada embarazo aprendía cosas nuevas, de como al ir naciendo cada uno de ellos mis miedos e inseguridades, me hicieron crecer, de como desarrolle habilidades que no sabía que tenía, que saque fuerzas de donde no las había, que en el running encontré un espacio para mí, para sacar mis frustraciones y así poder sacar una mejor versión de mi misma.
También cuenten que yo no era una mamá normal, que nunca sentí culpa por salir con mis amigas, que no me sentía aprensiva cuando se quedaban con su abuelita Lulú o con su tía Wendy y no porque no los quisiera sino porque sabía que estaban en buenas manos y que era tiempo fuera para ellos y para mi, para reiniciar mi Windows y volver con pilas nuevas. Que si, que si me comía el ultimo trozo de pastel, que tenía mis propios dulces y no les daba, porque yo tenía que tener algo para mí. Díganles que lo más hermoso fue darles su libertad, su individualidad, las herramientas para que fueran autosuficientes, pero al mismo tiempo fue lo más doloroso, porque no es fácil darte cuenta que ya no te necesitan.
Díganles que nunca actué de mala fe con ellos, que las mamis y los hijos no venimos con instrucciones, que hice lo mejor que pude, que siempre actúe desde el amor, que muchas veces me quede dormida llorando porque los regañe muy fuerte, porque no me sentí a la altura de las circunstancias y que solo tenía en mente que el día siguiente sería una nueva oportunidad para hacerlo mejor.
Cuéntenles que me gustaba mucho hacer sus disfraces y vestuarios de la escuela, que secretamente para mí eran los mejores actores y bailarines, que siempre me aprendí las coreografías y los diálogos, que siempre estuve ahí al pie del cañón, que muchas veces no importaba el cansancio, sino verlos felices, algunas de ellas contentos decían "mi mamá lo hizo" y que eso me hacía muy feliz.
Que de un modo o de otro , aunque mi cuerpo ya no este en forma terrenal, seguiré escondida en la música, en los aromas, en la comida, en un libro, en el viento que desacomode su cabello, en esos suspiros que salen de repente... Que ellos son mi primer pensamiento en la mañana y el último en la noche. Que sufro con sus penas y gozo con sus alegrías.
Por favor, díganles que son lo mejor que hice en esta vida y que estoy muy orgullosa de las personas que son. Que no fue un sacrificio tenerlos, que por momentos fue cansado, pero no me arrepiento de haber tenido una familia, una gran familia. ¡Que son los mejores hijos!
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Mis bebés, hace ya algún tiempo. |
YMatlalcuatziSánchez
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