Solo soy la acompañante.
Es hermoso cuando te enamoras, planear una vida juntos te casas, se ajustan en la vida cotidiana, todo parece pintar muy bien, entonces después de disfrutar la vida, un día decides que es tiempo de que la familia crezca (nunca nadie te advierte, como es la maternidad en realidad, no sé si es porque te unirás al club y compartirás las experiencias o porque son malvadas.. jajaja aunque siendo honestas, aún con la advertencia , te dirías a ti misma la mentira en la que nos refugiamos, nosotros seremos diferentes), lo planificas, te preparas lees todo lo que esta a tu alcance, no quieres que se te escape nada. Medico, vitaminas, ropa, vacunas, un sin fin de cosas.
El embarazo se pasa rápido, escuchas su corazón por primera vez... tum, tum, tum parece un tambor llamando a la guerra, hay lagrimas de emoción, llega el día del parto y sientes que te mueres pero no, como dicen las abuelas: es un dolor sin rencor, ves a tu bebé y el tiempo se congela, ya no te importa las casi 36 horas de parto, ni el desgarre, ni que no te pusieron medicamentos para el dolor, ves a ese hermoso ser, tan pequeño, tan frágil y escuchas su llanto, como si se tratará del canto de los ángeles, quedas flechada al instante. Se van a casa y todavía no cruzan la puerta cuando ya te están preguntando cuando pueden conocer al bebé, pasas de las visitas sorpresa, a las noches sin dormir y a los consejos no solicitados.
Pasas sin darte cuenta a una serie de ajustes con tu pareja, cansancio, falta de sueño, inseguridad, rolar turnos para tomar un baño, un plato de comida caliente, de sexo... ¿Qué es eso? Sin contar que por unos instantes o tal ves días, estas en duelo, porque tu y tu bebé ya no son uno mismo, ya no duermen y comen al mismo tiempo, tu pareja quiere ayudar y al igual que tuno sabe como, pezones agrietados... Y con el tiempo todo se va acomodando en su lugar.
Los hijos te llevan del cielo al infierno en segundos, un minuto ríen porque tu les hablas como tonto, haciendo voces ridículas (que tiempo atrás juraste que no harías) con caras idiotas y enseguida lloran porque tienen cólicos, hambre, sueño, frio, calor ¿Quién lo sabe? Se supone que la mamá, pero los niños no vienen con instrucciones, peor aún ya vienen con una personalidad que te pondrá a prueba una y otra ves hasta el día que mueras, porque el trabajo de padres es 24/7 por el resto de tu vida.
Ilusamente creemos que conforme vayan creciendo los problemas se irán reduciendo, pues tarde que temprano comerán solos, dejarán los pañales, caminarán y cuando entren a la escuela tendrás más tiempo. serán más independientes...
En mi caso, con mi primera hija, la segunda y el tercero, todo ha sido en su mayor parte bueno, pocas veces he entrado en pánico, como cuando la mayor teniendo 3 años se estaba ahogando con una moneda de 5 pesos, cuando el niño en un autoservicio de echo a correr y no lo encontrábamos, no se quien se asusto más , si él o nosotros. Y si. la maternidad/paternidad es una camino lleno de flores, arboles, piedras, días soleados, o días nublados haciendo que varias veces a la semana, incluso al día me pregunte ¿lo estoy haciendo bien? ¿soy una buena madre? y algunas veces la vida me responde: mamá me fue bien en el examen, unos bracitos rodean mi cuello y escucho un: te quiero mucho mami, otras tantas me dicen: esta es mi comida favorita y te quedo muy rica, algunas veces las respuestas vienen de un extraño, tal vez una maestra: su niña es un ejemplo de compañerismo, su hija es generosa, su niño es muy bien portado.
Y en este trajín de cosas que nos pasan con los niños, nacen, crecen, aprenden, aprendemos de ellos, pasamos de ser, amorosos, a ser el enemigo público número 1 cuando llega la adolescencia, ponemos todo nuestro empeño en ser un guía, ser un ejemplo a seguir y es lo único en lo que tendremos que confiar, porque como ya lo dije antes, ya vienen con una personalidad propia, y hoy tengo claro, que mis hijos no son míos (no son mi propiedad), son prestados, ellos anidaran aquí en mi pecho, por un tiempo, pero algún día volaran para hacer sus vidas y su vida no me pertenece, tengo claro que no vienen a cumplir mis expectativas, ni a realizar mis sueños frustrados, mi trabajo es acompañarlos por la vida y darles las herramientas para que sean adultos funcionales.
Es duro verlos crecer, porque después de trozar las papitas fritas para que pudiera comerlas y no ahogarse, un día me empuja la mano y agarra una papita con esa mano diminuta y se la lleva a la boca solita, solo se asoma una lagrima Remi de tus ojos, porque ya no es una bebé, ya es es una niña pequeña, que ya no te necesita para trozarle la comida en pedazos pequeños. Llega el día en que ya no se pone la ropa que tu elijes y entonces decide ponerse una playera morada, con un pantalón rojo, un suéter café y un moño arcoíris, para ti es una caja fuerte (no hay combinación alguna, pero ella se siente segura de su elección) quedan dos opciones: decirle ¡que bonita te ves! o pelear, frustrarte y ambas enfadarse, yo decido no pelear, porque es su gusto, es su ropa, es su decisión y no daña a nadie esa combinación. Creó que es lo mejor, aprender a respetar sus decisiones, ¿Quién no ha visto adultos preguntando cosas que no se deben preguntar? Ma, ¿Cuál me compró? ¿Le digo que si a ese muchacho?¿Tu crees que debería casarme? personas adultas, llenas de inseguridades, porque de niños nunca los dejaron decidir, no, de ninguna manera quiero eso para mis hijos.
Es difícil que de los raspones que se curaban con una bandita y un beso o tal vez un chocolate ya no sean el mayor problema, crecen y comienzan los corazones rotos, la desilusión de algunas amistades (porque les puedes decir que ciertas amistades no les convienen, pero difícilmente te harán caso), las "malas influencias" duele porque solo esperas que la forma en que los has educado les den las herramientas para tomar las mejores decisiones y puedan salir adelante. Solo te queda estar ahí acompañándolos, apoyándolos, abrazándolos, consolándolos, viviendo ellos mismos su vida, cometiendo sus propios errores, creciendo y transformándose en las personas que están destinados a ser.
Y sigo pensando, solo soy la acompañante y espero estar haciendo bien mi trabajo, para que ellos crezcan seguros de si mismos, que no estén ella búsqueda constante de la aprobación de otros, que se sepan amados y aceptados, así como como son, con sus virtudes, con sus talentos, con sus sueños, con esa personalidad que ya traen de fabrica y que sepan que siempre quise ser la mejor acompañante de viaje en esta ruta llamada vida.
El camino no es claro siempre, pero siempre tenemos un nuevo día para comenzar de nuevo. Espero en un futuro mis acompañantes vuelvan y me cuenten lo lejos que han llegado. Tengo fe en que ellos saldrán adelante, tomarán lo mejor de cada situación y siento esperanza de estar formando a dos mujeres y un hombre que estoy segura tendrán una mejor vida, porque yo al igual que muchos padres y madres, tengo a los hijos más guapos, inteligentes, valientes, simpáticos...más, más, más y evidentemente tienen a la mejor acompañante (tengo que echarme porras)
P.D. Tengo que decir, que yo tuve a la mejor acompañante, no tengo duda de que siempre actuó desde el corazón, que compartía mis alegrías y tristezas, que es mi fan número 1 y que hoy lamento haber tardado tanto tiempo en saber que esto de ser mamá, es la tarea más difícil, complicada, aterradora, y al mismo tiempo tan satisfactoria. Donde quiera que estés ma, gracias. Fuiste, eres y serás la mejor acompañante, te amo.
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