Cartas al más allá.

27 Noviembre 2022

Ya no te extraño como antes.

Querida mamá:

Hola ¿Cuánto tiempo? Deseo que donde quiera que estes, te encuentres bien, contenta, feliz. Ya se acerca mi época favorita del año, la navidad. El año pasado no hubo festejo, me quede sola en casa y cene sola, con una foto tuya en la mesa, recordé las navidades de antaño, la puesta del arbolito de navidad, el nacimiento, la comida, el ponche, no hay uno que iguale el tuyo. Reí, lloré, sentí tu ausencia, me sentí huérfana, traté de dejarte ir, de soltarte, de dejarte descansar en paz. Me prometí que este año haría nuevas tradiciones para mí y mi familia.  Durante mucho tiempo te extrañé, caí en depresión, mi vida estaba en piloto automático, tuve que ir a terapia, fue muy duro ¿sabes? Tu partida, me rompió el alma, me desordeno la vida, me perdí y no encontraba consuelo.

Hoy estaba jugando en la tablet y de repente sonó una alarma que decía "Comprar inhalador de mamá" olvidé borrar las alarmas, ya han pasado más de 18 meses, tu ausencia física ya no duele como antes, ya no me rompo a rasgaduras la ropa, el llanto inconsolable se ha ido, el acto reflejo de tomar el teléfono y contarte lo que pasa con tus nietos se ha desvanecido. No es que ya no te piense, te pienso y te tengo presente cada día, al fin me he reconciliado con la idea de que ya no estas, que nuestro camino juntas llego a su fin, que me diste todo lo que podías darme.

Me sorprendo de saberte cerca, y es que en cada enseñanza, receta de cocina, gestos, canciones, hay recuerdos tuyos, emociones a flor de piel, por suerte para tus nietos y para mí, recuerdo tu receta de buñuelos, me salen casi igual, en septiembre los hice, Diego y Miranda quedaron fascinados, Sara comió hasta que ya no pudo y me dio las gracias en varias ocasiones. Y así podría poner un montón de ejemplos en los que te dejas ver por un instante, en mi cabeza suenan tus carcajadas, cuando me pongo un suéter que es tuyo, logro sentir tus abrazos, fuertes, firmes, pero cariñosos, llenos de amor. Recuerdo que cuando comíamos tamales, tú siempre pedías de rajas y yo verde, ahora te sorprendería ver que cuando te extraño mucho, me como uno de rajas y lo como despacio, pienso en ti y como lo saboreabas y para mí es un instante en el que estás conmigo a mí lado.

Viendo hacia atrás, el camino que he recorrido estoy segura de que estas muy orgullosa de mí, de cómo he convertido mi dolor en fuerza, como he logrado superarme a mí misma, recuerdo con mucho cariño como me echaste porras para mi primera carrera, yo estaba emocionada y nerviosa al mismo tiempo, me fui y viste mi medalla de finisher, me felicitaste y me dijiste que fuera por más, que le mostrara a mis hijos que a cualquier edad se tienen metas, se tiene una vida, se tienen ilusiones.  Te sorprendería ver que, logre inspirar a mi hermano, Carlos y yo hemos corrido juntos 10km, la experiencia fue única, estamos dispuestos a repetir la odisea, fue fantástico.

No te niego que fue muy difícil perdonarme a mí misma, te he dicho las palabras más difíciles que nunca había dicho a nadie: "pelea con todas tus fuerzas para irnos a casa, pero si en algún momento sientes que no puedes, que no te quedan fuerzas, vete, no le debes nada a nadie, estaremos bien, te amo, te amo mucho" Hoy entiendo que pasó lo que tenía que pasar, me quedo con la satisfacción del deber cumplido, hice todo lo que pude hacer, todo lo que estaba en mis manos y no me quede con nada guardado. Agradezco que no sufres, que tu cuerpo ya no está dolorido y cansado, quiero creer que ya estas con tu mami y con tu tía Teresa que para mí fue una abuela y tengo la esperanza de volverte a ver, pero mientras eso pasa, honro tu vida, celebrando y festejando como a ti te gusta, cantando y bailando a la menor provocación, siendo generosa, paciente, no tan rígida conmigo misma y disfrutando de las cosas simples de la vida.

Después de muchos altibajos hoy soy una nueva persona, la misma en esencia, pero diferente, renovada, tengo nuevas ilusiones, nuevos proyectos, sé que desde donde estes tengo tu visto bueno y estoy segura de que me sigues echando la mano desde tu corazón.

Ya no te extraño como antes, triste, desolada… ahora te recuerdo y te extraño desde el agradecimiento, por el tiempo compartido, por las vivencias, las enseñanzas y las esperanzas que dejaste sembradas en mí.

Sigues viva y más presente que nunca, vives en tus hijos y en tus nietos, sólo tengo un reclamo... Visítame en mis sueños, no te he visto cara a cara desde que te fuiste, necesito un abrazo y ver tu sonrisa una última vez.  

Tu hija que te ama...

 


 Yazmin Matlalcuatzi Sánchez

 

P.D. Gracias por ser mi mamá.

 

Comentarios

Lo más visto

Los árboles de navidad no son iguales.

Mi alma gemela.

Carrera Bonafont 2022

Busca tu tribu.

No soy del club de los optimistas.

LGBTTTIQAPDNBC+