No venimos con instrucciones.
Que difícil se pone la vida a veces, no es fácil tener la responsabilidad de la crianza de un ser humano con necesidades propias, ilusamente creemos que conforme avance el tiempo será más sencillo, porque cuando son pequeños dependen al 100% de nosotros, paulatinamente van adquiriendo independencia, sin darnos cuenta comen solos, caminan, dicen sus primeras palabras, toman decisiones... por un momento y solo por un momento creemos que las cosas serán más fáciles, la verdad es que cuando llegan a la adolescencia nos topamos con pared y nos encontramos en duelo, en un abrir y cerrar de ojos perdemos a nuestros niños, ahora son unos adolescentes en busca de su identidad, están en medio del caos, la revolución de las hormonas, de las ideas, están en guerra consigo mismos, porque por momentos quieren jugar con sus hermanos pequeños, pero algo en su interior les dice "ya no eres niño para jugar a eso" se sienten mal porque no tienen edad para ir y venir a sus antojo, realmente es difícil.
Es complicado porque los hijos no vienen con instrucciones, todo lo que habíamos hecho hasta hoy resulta irrelevante cuando frente a nosotros hay nuevos retos, cosas para las que no tenemos respuesta, situaciones o temas de los cuales no tenemos ni idea... sería fantástico poder consultar el "Manual del usuario de un adolescente" pero no es así.
Por otro lado nos cuestionamos si nosotros mismos nos comportábamos así, es duro recordarlo pero a ojos de nuestros padres... es exactamente igual, malas contestaciones, no respetar horarios, sentirnos grandes. Es inevitable que en alguna charla con nuestros padres tanto ellos como nosotros no saquemos el tema, terminan diciéndonos que recién ahora comenzaremos a comprender muchas cosas... Y tienen razón. Yo misma me sentía una súper mamá, hasta que le llego la adolescencia a mi hija y la vida me dijo "no eres tan buena como pensabas"
Mentiría si digo que yo me portaba muy bien, claro que también pasé por esta etapa, pero a mí no me toco pandemia, fue completamente diferente y partiendo de ahí creo que yo como mamá debo ser diferente... En terapia uno entiende cosas que en principio son obvias, pero en la practica y con el bagaje emocional que cada uno tiene... resulta no ser tan obvio.
Quiero pensar que me he quedado con lo bueno que hicieron mis papás cuando yo fui adolescente, que he logrado desechar eso que no sirvió, en mi casa hemos hecho nuestras propias reglas y a ojos de los demás no hemos tomado las mejores decisiones, pero a estas alturas de mi vida no me importa. Mi prioridad es que mis hijos se sientan respetados, incluidos y con la certeza que son amados tal cual son, que son suficientemente buenos para nosotros.
También creo que es importante hablar con nuestros papás, de sus vidas, infancia, hermanos, padres, logros, amores, metas, anhelos que nunca se cumplieron, para lograr entender porque fueron o son, como son. Si lo hacemos nos daremos cuenta de que ellos también son "humanos" que han hecho lo que han podido con lo que tenían, siempre desde el amor, muchas veces mal entendido, limitado, condicionado. Tal vez podamos comprender que ellos tampoco traen un manual para ser padres.
Tal vez si dejamos a un lado el orgullo, padres he hijos podemos aprender a complementarnos a crecer juntos y dejar a un lado frases como : Porque lo digo yo. Es mi casa son mis reglas. Ya va a empezar mi mamá con su choro. Mis papás son bien intensos. Nuestros tiempos fueron mejores.
No, no venimos con instrucciones pero podemos aprender siempre algo nuevo.

Yo solo deseo que mis hijos sepan que el hogar donde fueron criados es un un puerto seguro al cual pueden volver siempre, así como se que yo siempre tendré puerto seguro a donde regresar.
YMatlalcuatziSánchez
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