Cuando era niña.

Se acabaron las vacaciones y que bueno en mi caso, mis hijos están bien 2 semanas pero después pelean por todo, mamá agarraron mis cosas, se comieron mis papas,  se puso mi barniz, le cambiaron a la tv, respira cerca de mí, ¿Por que tuve hermanos? Ahhhhg

Recuerdo mis vacaciones de verano cuando era pequeña... que bonitos recuerdos, al menos para mi, eran otros tiempos, habían muchos vecinitos en mi cuadra, no es atrevido decir que éramos un pelotón, jugábamos desde que salía el sol, hasta que se ocultaba, porque para la escuela costaba un poco más de trabajo levantarse, pero salir a jugar con los cuates de la cuadra éramos más rápidos que tiro al blanco, en las tardes, a un grito de nuestras mamás "a comer" nos apresurábamos  para seguir jugando, salíamos nuevamente casi de inmediato, stop, escondidillas, hoyo, saltar la cuerda, atrapadas, cascarita fut-beis, dar la vuelta en bici... no se diga tomar agua de la llave, comer unas pizzerolas, gorditas de nata que la señora Isabel preparaba, o los buñuelos de mi mamá con miel de guayaba y piloncillo.

Los dulces también eran otra cosa, no había dulces tan procesados como hoy en día, refresco, solo se consumía en fin de semana. 

Éramos niños y niñas de todas las edades desde los 3, 4, 5, hasta los 17, 18, los más grandes casi siempre proponían los juegos y eran los capitanes, nunca nadie se quedaba fuera de los juegos, la mayoría asistimos a las mismas escuelas, todos teníamos hermanos, ahora mismo no recuerdo que alguien fuera hijo único, recuerdo a un chico que se llama Fernando, el tenía una avalancha grande de madera, la verdad no se si la construyo solo, de lo que si me acuerdo es que nos acomodábamos todos los que cupiéramos en el transporte y nos remolcaban, generalmente al dar vuelta terminábamos en el piso, moretones, raspones y una que otra lagrima eran nuestras cicatrices de batalla, éramos muy felices.

En ese tiempo la parte económica era mas o menos la misma para todos, las vecinas se ayudaban unas a otras, se turnaban para cuidarnos, cuando alguien enfermaba o tenia cita en el medico, quienes tenían cisterna compartían el liquido vital cuando cerraban las válvulas  y no nos caía agua, mi mamá era buscada para poner inyecciones en las pompis, desde muy chica aprendí a inyectar, lo más moderno en ese entonces para hacer tareas era la máquina de escribir, las enciclopedias de 12 o 24 tomos, en esa cuadra todo se compartía, los guisos de la mayoría de las señoras los probamos, en fechas especiales como 14 de febrero, día del niño, 15 de septiembre, navidad, todos se organizaban para hacer algo sencillo... comida, globos, música. ¡Que afortunados!

No faltaban las enemistades como cuando mi hermana  (la de la que les platique en el blog pasado) después de ver a una vecinita llorando y enterarse del motivo de sus lagrimas, ni tarda ni perezosa, le aconsejo buscar una patrulla y acusar a su papá, porque en  los derechos de los niños dice que no te tienen que maltratar. Mi hermana no fue bien recibida en esa casa después de lo acontecido... jajaja. Esa anécdota fue motivo de risa por mucho tiempo.

Hay cosas que se olvidan, pero siempre hay alguien que se encarga de no dejar en el olvido esos recuerdos, como cuando en una platica recordamos que jugando escondidillas mi hermano se metió a la casa y se escondió en el ropero, tardaron tanto en encontrarlo que se  quedó dormido, corte A, todos los vecinitos y las mamás buscando a mi hermano, creyendo que se había perdido. Del juego, al llanto y del llanto a la risa.

En esos tiempo, había pocas casas en la cuadra y justo al final de la calle hay una calle que nos separa de las vías del tren, en cuanto escuchaba el silbido  de la locomotora, salía corriendo para contar cuantos vagones eran, hace poco fui  a correr y justo paso el tren, sentí muy bonito, esa sensación de alegría, bienestar y seguridad de que todo esta bien. Por un momento volví a tener 6 años, cuando no me preocupaba nada y tenía a mi mamá, recuerdo que entraba a casa y le decía cuantos vagones llevaba el tren, preguntando ¿A donde ira? ¿Qué llevara?


1, 2, 3...


Otra  costumbre que  teníamos era correr y ganar la sección de caricaturas del periódico de los domingos, cuando era día de reyes, todos los niños de la cuadra salíamos con nuestros juguetes y compartíamos, recuerdo que lo más ostentoso que llego a la cuadra fue un hornito mágico. Los días lluviosos eran ideales para hacer pasteles de lodo, jugábamos al mercado, juntábamos hojas, piedras, siempre había la tapa de una lata, que yo me encargaba de doblarla y era un perfecto cuchillo, en las botellas de refresco juntaba chapulines, hacia competencia con mi hermana para ver quien juntaba más, para luego dejarlos libres. En los cumpleaños, solo había pastel, raramente se llevaba un regalo, no había para esas cosas, nuestras madres intercambian plantas, recetas y chisme. 

Estos eran chicharos.

                       
Estas eran patitas de pollo.



Hace ya algún  tiempo una de mis hijas me pregunto ¿Cuándo eras pequeña a que jugabas en tu tablet? Ya imaginaran mi cara de asombro y a punto de soltar la carcajada... No, no Sara en mis tiempos no había tabletas, ni celulares y mucho menos computadoras (solo las personas con mucho dinero tenían computadoras) ¿Cómo se divertían? Le platique, lo que más arriba les conté, ahora ella tenía cara de asombro ¿Jugaban en la calle, todo el día? ¿Bebían agua de la llave? ¿Cómo es eso posible? Sólo  atine a decir: son diferentes épocas.

En definitiva me gustan más los tiempos en los que yo fui niña, muchas personas  suelen decir que les hubiera gustado vivir en otros tiempos, a mí me gusta la época en la que nací, pertenezco a la generación que ha pasado de un siglo a otro, nos ha tocado ver como se ha transformado el mundo, como la tecnología a evolucionado a pasos agigantados, pasamos de la maquina de escribir a las computadoras personales, de los disco de 31/2 a los cd y luego a los USB, me todo ir a alquilar peliculas de beta o vhs, generalmente escogíamos una para los adultos y una de dibujos animados, sabíamos de la existencia de las antenas parabólicas,  sky, cablecom, ahora Amazon, Netflix, HBO, pasamos de jugar SEGA SG-1000,  atari, nintendo a PS4, Xbox, vimos irse lentamente Manzinger Z, Thundercats, Meteoro, Remi, Sandybelle, Candy- Candy, los Picapiedra, supersónicos,  don gato y su pandilla, pasando por Charlie y Lola, Pinky Dindy Du,  animaniacs, Rammna 1/2, pokemon, hasta llegar a Pepa, Bacyardigans, Umizoomis... Los intocables, Viajeros en el tiempo,  Pelotón, El túnel del tiempo,  La isla de Gilligan, El crucero del amor, La isla de la fantasía, Nosotros los Gómez, Papá soltero, Siempre en domíngo... Melrose Place, Beverly Hills 90210... Bety la fea...  Escuche a los tigres del norte (cuando no eran tan famosos) Javier Solis, La sonora santanera, Los askis, Los ángeles azules, Los yairas... Y asì podemos seguir con una interminable lista de cosas, modas que van y vienen y con los años solo nos damos cuenta de que no hay nada nuevo bajo el sol.  Y ha pasado tanto tiempo que ya alcanzamos el futuro, tan es así, que  tenemos todo en un solo aparato, música, internet, correo electrónico, tv, mensajería, documentos de office,  galería de fotos, grabadora de voz, benditos celulares.

En estos tiempos solo me queda recordar y adaptarme a las nuevas tecnologías, los nuevos modos de relacionarme y seguirle el paso a mis hijos, porque es renovarse o morir. En definitiva, yo no me quiero morir aún, quiero ver que otras cosas van a cambiar, como le diremos adiós a muchas cosas y hola a tantas otras. 

Pero mientras son peras o manzanas, recordar es volver a vivir, ha sido grato compartir algunos recuerdos, mientras tanto tengo que volver a la realidad y terminar de forrar cuadernos y hacer márgenes. ¡Que bueno que ya regresan a la escuela!

¿Y tu, que hacías cuando eras niño?

Yo con 10 u 11 años aproximadamente.


  YMatlalcuatziSánchez

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