Hola, mi nombre es Yazmin y soy controladora.

Lo sé, las personas controladoras somos una pesadilla y podemos sacar de quicio al ser más calmado y tranquilo del mundo, pero en nuestra defensa, puedo decir que no la pasamos nada bien, sufrimos en silencio, mientras quienes nos rodean nos tildan de inaccesibles, mandones, acelerados, poco tolerantes, y que carecemos de paciencia. Queremos lo que queremos cuando lo queremos y tiene que ser a nuestro modo o no sirve. Sufrimos mucho, quienes me conocen en la privacidad de mi hogar y mi familia, saben que puedo ser una roca en el zapato, esa astilla que no te deja en paz, soy como ese barro que te sale justo donde te rosa el elástico del calzón,  una chingaquedito como diría mi abuelo D.E.P. y no es grato ni para los que somos controladores, ni para quienes nos rodean.

Yo no elegí conscientemente ser así, ser controladora viene de una serie de eventos que pasaron en mi infancia, cosas que yo me encargue de poner en una cajita en donde ponía "cosas" que no eran importantes, que eran insignificantes, que no servían, que no tenían relevancia, todo eso según yo. Como cuando me decían: vamos a ir al parque o al circo, x, y, z,,, Y al final no ocurría. Cuando me prometían un helado, un guiso, sentarse a ver la tv conmigo y por diversas situaciones no pasaba. 

Sé que los papás no reciben, no recibimos un folleto con la llegada de los hijos, estoy consciente de que mis padres hicieron lo que pudieron con lo que tenían, así como sé, que no contaban con las herramientas emocionales que hoy en día me estoy encargando de obtener, de trabajar (porque ya me he responsabilizado de mis emociones) Yo no me preocupo me ocupo de la situación, es mi obligación romper ciertos patrones que me dañan a mí y a los que quiero.

Estas situaciones, que se repitieron a lo largo de mi infancia sin dolo por parte de mis padres, en terapia les pude poner un nombre, heridas de la infancia, herida de traición. ¡Qué fuerte! Pero si, sin querer las personas en las que un niño confía, son las que lo traicionan primero, ustedes tal vez piensen, una salida al parque no es importante, para los adultos tal vez no  sea importante o relevante pero para un niño sí, porque es un niño, su vida consiste en básicamente crecer, estudiar y jugar, para un niño ir al parque o por un helado, visitar a los primos o ver un película si es muy importante, porque es su plan del día o del fin de semana. Como adultos estamos llenos de responsabilidades y corremos de un lado a otro, nunca tenemos tiempo, siempre andamos con prisas, no nos alcanza el día, es más nos alegramos algunas veces cuando nos cancelan un plan, porque la verdad es ni queríamos ir o solo de pensar en el tráfico, es una angustia y dolor de cabeza... porque uno como quiera ¿Pero las criaturas? A este punto pienso que debiera ser obligatorio ir a terapia antes de tomar grandes decisiones, como: elegir carrera, matrimonio, hijos, divorcio, etc. porque tomaríamos decisiones desde la conciencia y no desde el valemadrismo (que sea lo que Dios quiera. Ingue su.  Ya se verá. ¿si no es ahora, cuando? Si no funciona, me divorcio, etcetetcétera) o ideas romantizadas, que nos venden las novelas, las películas y que las compramos como verdades absolutas.

Todas esas promesas rotas hacen que con el tiempo querer controlarlo todo, para así no sentirnos defraudados, traicionados, utilizados, en mi caso prefiero hacer las cosas por mí misma, me cuesta trabajo delegar. Y es que muchas veces cuando me ofrecen ayuda lo hacen mal  y de malas (según yo) termino haciendo yo misma las cosas. Muchísimas veces se junta el hambre con las ganas de comer, ejemplo: barrer, alguien se ofrece a barrer, cuando termina, pregunto ¿Moviste el sillón, la mesa, las sillas? me contestan -no- a lo que inmediatamente reacciono: no es posible que barran, solo por donde ve su suegra. Honestamente ¿esa fue ayuda? bueno eso dependerá de a quien le preguntes. Para mí, eso fue una pérdida de tiempo y lo tengo que hacer yo, como a mí me gusta. X persona se ofrece a poner la lavadora a sabiendas de que yo separo la ropa en : blanca, color, ropa interior, sabanas y toallas. Y su lógica es meter todo lo que quepa en la lavadora porque es poquita... Yo voy de normal-a-enojada-a-asesina en 2 segundos, en definitiva eso para mí no fue ayuda. No digamos un paseo familiar,  quedamos a una hora y no falta quien llega tarde, encima de todo no llevan los huevos hervidos que les tocaba llevar, o que recién salimos y en la primera gasolinera quiere ir al baño, o quien va de mala gana, o a quien se le olvida el agua, refresco, lo que sea, para comenzar ya salimos tarde si no es que tardísimo, ¿Y qué tiene? dirán algunos, pues que es una falta de respeto para todos los que nos levantamos temprano, preparamos nuestras cosas y estamos a tiempo para salir a la hora acordada. Corte A, la siguiente salida yo llevo los huevos duros y limpios, no vaya a ser que se les vuelvan a olvidar. Así puedo poner una infinidad de ejemplos, en donde termino haciendo las cosas yo misma. Si estoy bien, estoy mal, no lo sé, pero cuando las cosas no suceden como a mí me gustan, me pongo muy mal, realmente sufro. Las personas no ponen de su parte, como diría mi amiga Dulce, a lo que otra persona contestaría, tú no sabes, si ya están poniendo todo de su parte.

Imaginen la pesadilla que soy para mi familia, mis compañeros de escuela, de trabajo, ahora las madres de familia de las escuelas donde van mis hijos. Desde que tengo memoria, yo forré mis libros y cuadernos, porque no me gustaba como lo hacía mi mamá, además que yo asumí esa responsabilidad, desde 1º de primaria. Recuerdo que cuando estaba en el CBTIS 29 cuando teníamos laboratorio, me fijaba en todo, quería hacerlo yo misma, porque cuando alguien más iba por el material, casi siempre le faltaba algo. En todas las etapas de mi vida, sale el Hulk que vive en mi cuando me cambian los planes, que ya se habían acordado, discutido, negociado, ¿Por qué? Porque me gusta tener un plan, seguirlo y terminarlo. Pero muchas veces no logran entenderme, en mi mente enferma, me están traicionando. Al mismo tiempo traiciono a mis hijos, no saben la pesadilla que soy para hacer tareas con ellos, has bien esa letra, no te salgas de la línea, lee de corrido, pon atención, habla fuerte... 

Este relato tiene  en proceso su final feliz, desde hace un tiempo decidí tomar responsabilidad de mi persona, de mis emociones y de mi vida, entre a terapia, he descubierto que esa cajita de cosas que no importan, en realidad tienen mucho peso en mi vida, lo estoy solucionando y  siento como se va aligerando la carga, me siento más en paz conmigo misma, me estoy reconciliando con mi niña interior y me asumo como una adulta en control de mis emociones, estoy descubriendo mi grandeza interior y eso, me gusta y me gusta mucho, les puedo decir que hasta me caigo bien.

Durante la terapia he aprendido y entendido que ya no soy una niña, que ahora como adulta que soy, debo y me puedo responsabilizarme de mi persona, que la gente hace cosas y yo y solamente yo decido si sus actos me afectan o no, que soy responsable únicamente de lo que yo digo y hago y todo lo que pasa a mi alrededor es lo de menos no tengo control de eso, de modo que no puedo hacer nada, he aprendido a que no pasa nada sino se sigue el plan inicial y he dejado mucho bagaje emocional que no me sirve para nada, este proceso es doloroso y muchas veces angustiante, al mismo tiempo me he sorprendido porque, no es imposible romper con patrones aprendidos, elijo sanar mis conductas, romper con las cosas aprendidas en mi infancia, que todo mejora, eso si las recaídas llegan con menos frecuencia (porque es un proceso y no se cambia de la noche a la mañana) La satisfacción que se siente de ver una luz al final del túnel, es increíble porque soy mejor persona de lo que creía, he aprendido a ser más tolerante, más amorosa, conmigo misma y con los demás, pero sobre todo mis hijos y mi esposo tienen una mejor versión de mí. Si se puede ser feliz, con mucho con poco, con la simpleza de las cosas cotidianas y sin tener la necesidad de controlarlo todo.

La terapia funciona, solo y solo si vas por todo y con todo, puedes engañar a tu terapeuta, pero no a ti mismo. Si decides ir a terapia, juégate todas las canicas, te sorprenderá la persona que estas destinada a ser, después de reconciliarte con tu pasado, soltar lo que no te aporta y abrazar nuevas formas de cuidarte a ti mismo. Mi nombre es Yazmin Matlalcuatzi Sánchez y soy una controladora en recuperación, de lo cual me siento tremendamente orgullosa. ¡Sí se puede!


10/Septiembre/2022



P.D. Ahora soy más tolerante, menos gritona, se me resbalan las cosas, ya comienzo a delegar algunas cosas, estoy menos ansiosa, me siento más dalay. Muchas veces mi familia se me queda viendo fijamente, como esperando a que la antigua yo, explote, eso rara vez pasa y me han dicho esta nueva tu nos guata más. Eso, no tiene precio, estoy muy satisfecha del trabajo que estoy haciendo en mí.



YMatlalcuatziSánchez


Comentarios

Lo más visto

Los árboles de navidad no son iguales.

Mi alma gemela.

No soy del club de los optimistas.

Carrera Bonafont 2022

Busca tu tribu.

LGBTTTIQAPDNBC+