¡Sálvate tú! Carga mental.
Estoy tomando un vaso de agua y de repente quiero un suéter pero en el camino me encuentro con unos zapatos tirados, los levanto, y los llevo a su lugar, ahí me encuentro basura de dulces, tomo la basura y de paso encuentro que no he descargado la lavadora, resulta que la ropa ya está apestosa y que hay que volver a lavarla, acto seguido me doy cuenta de que no hay jabón y entonces pienso, también tengo que comprar aceite y ya no hay leche, se está acabando el azúcar, hago la lista, mientras recuerdo que no he revisado los correos de la escuela, veo los correos y resulta que hay que llenar un formato, como si no tuvieran ya la información, recuerdo que hay que pasar por un engargolado a la papelería, y de paso pagar el recibo del teléfono, mientras me pregunto ¿hay algo que llevar a la tintorería? resulta que alguien toca la puerta, voy, atiendo, regreso y de repente me doy cuenta, que no he encontrado el suéter, sigo teniendo frío y no sé qué he estado haciendo la ultima hora ¿Por qué no tengo un suéter? Veo unas papas a medio limpiar y me pregunto ¿Para qué son esas papas?

Creo estar enloqueciendo, es algo normal tenemos la creencia de que tenemos que poder con todo, que debemos resolver y dentro de ese discurso de que somos fuertes y somos empoderadas, independientes, guerreras, luchonas, nos hemos comprado la idea de que podemos con todo y así nos la pasamos, en modo sobreviviente, porque hay que hacer una cosa mientras resuelves otra y no tienes que olvidar el extra que te encargaron, hay que preparar los pendientes de la siguiente semana y eso, no es vida, tenemos que aprender a priorizarnos, hay que aprender a soltar, a dejar ir, a delegar, aceptar que a veces somos las mujeres maravilla, pero también, muchas veces no queremos hacer nada, yo he optado últimamente por tener 3 objetivos en el día, los cumplo y todo lo demás ya es ganancia, porque teniendo 3 hijos, tratando de hacerme cargo de mí misma, mi casa, mi esposo, no puedo tomar otra opción, de lo contrario enloquecería y es duro aceptar que no puedo con todo, pero es más saludable verlo desde el otro lado, si yo no estoy bien, mi familia, no va a estar bien, entonces yo he decidido priorizarme,
Así que ¡sálvate tú! vive una cosa a la vez, un día a la vez, mañana tendrás la oportunidad de empezar de nuevo y no porque tú seas la que esté en casa o porque seas la mamá, porque seas mujer tienes que ser la encargada de que haya leche, de que no falte el papel higiénico, de preparar la comida, aprende a delegar, yo sé que es difícil como ya les conté soy un poco controladora, las cosas a veces no me gusta como las hacen los demás, pero, he encontrado cierta paz en que resuelvan como puedan, libérate invierte tu tiempo en lo que te gusta, en lo que quieres y lo demás déjalo fluir todo pasa y el final del día no pasa nada.
No olvides que tener un mal momento, un mal día, no te hace mala mamá o mala persona, es solo eso, eres una persona teniendo un mal día. Cuando entreguemos el equipo, nadie recordará que día no lavaste los trastes, cuantas faltas tuvieron tus hijos en el cole, cuanta comida chatarra comiste o de qué color era tu labial favorito, solo recordarán si disfrutaste de las personas, familia, amigos, situaciones,
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