Aquí estoy para ti, no te rindas.


Caras vemos dolores no sabemos. No, no sabemos lo difícil que resulta tratar de sonreír y fingir que todo esta bien y que no lo este. Cuando nos preguntan ¿Cómo estas? y contestas, bien...

No sabemos lo doloroso y solitario que es cuidar a alguien que siempre esta triste, enojado, sin ilusiones, harto, dolorido, fastidiado, por momentos aparentemente bien y al final con un sufrimiento constante. Hay  monstruos asechando continuamente, con nombres comunes y corrientes como depresión y ansiedad.

Por mucho que te esfuerces, nada parece dar resultado, cuando crees que has logrado avanzar un paso, al día siguiente retrocedes tres. No es culpa de nadie, ni de la otra persona, ni tuya, pero es inevitable sentir culpa, piensas una y otra vez ¿En qué momento se rompió por dentro la persona que tanto amas? ¿Se pudo prevenir? ¿Es un defecto de fábrica? ¿Queda esperanza?

Es duro recordar que las cosas estuvieron bien un día, hoy las risas, los abrazos, los planes parecen tan lejanos, se han transformado en llanto, dormir mucho o no dormir nada, no comer o comer como si no hubiera un mañana, salir o quedarse todo el día en la cama. Vivir con alguien que esta físicamente presente pero emocionalmente distante es complicado. Salen lagrimas de dolor, de coraje de impotencia. ¿Queda esperanza? A estas alturas, por momentos... Parece no existir.

Todo esta mal, no mejora, se intenta y se reintenta, las pequeñas victorias difícilmente se notan, se acumula el cansancio, pero después de un tiempo aprendes que es un día a la vez, una cosa a la vez, que hay días buenos, malos, muy malos y regulares, las personas muchas veces no logran entender que canceles planes o no estes disponible, porque no es sencillo acompañar a alguien que todos los días lucha para poder continuar. Pero aquí seguimos luchando, estamos aquí para ti, no te rindas. Al final todo pasará.

¿De qué estamos hechos? Lo averiguamos mientras nos desmoronamos, solo queda esperar que suceda algo bueno, de preferencia Esperar, despertar y descubrir que todo ha sido una pesadilla. Lo bueno de todo esto es estar rodeada de personas que están ahí para ti. Gracias pa.

Cuando hay un enfermo con un trastorno o enfermedad mental, no solo hay que cuidarlo a él o ella, hay que trabajar en como gestionar las emociones de toda la familia, trabajar juntos para llegar al final del túnel y comenzar a ver la luz.






YMatlalcuatziSánchez.

Las enfermedades y/o trastornos emocionales y mentales son tan reales como un brazo roto o una cirugía mayor. Busca ayuda. 



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