Despídete bien.

El tiempo ha sido un tema recurrente en este blog, desperdiciamos el tiempo como si nos perteneciera y lo derrochamos como si lo tuviéramos ilimitadamente.

Martes 12 de diciembre de 2023, tarde noche tranquila, hace frío, salgo a la tienda por algo para cenar, al regresar solo puedo escuchar  un llanto desgarrador... Viene a mi mente una plática que no hace mucho tuve con mi hija, recordando el día que llamó mi papá para decirme que mi mamá, mi ama, mi jefita, mi mami se había ido al viaje sin retorno, yo no lo recuerdo, pero mi hija dice que llore y grite y que se sentía el dolor en el aire, que nunca me había escuchado llorar así y es que yo, lloro mucho, por todo y por nada, como ya les había dicho soy muy intensa y vivo a flor de piel las emociones, cuando gozo al igual que cuando me enojo, no lo puedo disimular, me carcajeo como foca con tos, lloro como Magdalena y echo monjas (miento madres) hasta cansarme, puedo llegar a caer mal, pero no me importa vivo con intensidad porque sea lo que sea, bueno o malo, lo saco de mi sistema y estoy lista para lo que sigue.

Regresando al llanto, sonaba muy triste, desconsolador, doloroso, agonizante, no encuentro la palabra para describirlo y es que el ciclo natural de la vida es que los hijos enterremos a nuestros abuelos, padres, no ellos a nosotros... En este caso una madre decía a dios a un hijo,  por mucho tiempo tuvieron una relación difícil, él tenia problemas con sustancias y ella no hace mucho enviudo, su hijo mayor ya no vive con ellos debido a los problemas de adicción de su hermano, no los juzgo, porque yo misma tuve miedo de perder a alguien muy cercano, hace 2 años, por diferentes motivos, pero el peligro de perdida fue real. Siempre  que perdemos a alguien se quedan en el aire las preguntas ¿qué hice mal? ¿qué pude hacer diferente? ¿pude haber echo más? ¿en qué me equivoqué? ¿ya esta descansando? ¿cómo se estaría sintiendo? ¿cuáles fueron sus últimos pensamientos? ¿que vino a enseñarme? ¿lo volveré a ver? ¿hay algo más allá después de la vida?

Hoy no logro imaginar cuan doloroso puede ser, el tener esa perdida... ¿Qué se dice en esos casos? ¿qué se hace, cómo se apoya?

Pienso que es importante aprender a despedirnos de la gente que amamos, abrazarlos, decirles lo importantes que son, disfrutar las comida con ellos, la platicas, los silencios, esos silencios en donde no decimos palabras pero demostramos afecto, decirles que es lo que admiramos en ellos y mostrar una sonrisa de oreja a oreja, por si no los volvemos a ver. Que se queden con esa ultima imagen.

Hagamos lo que tengamos que hacer cuando las personas están vivas, los regalos, las flores son en vida, pero sobre todo no dejemos lugar a las interrogantes de ¿qué habría pasado si? si hubiera hecho, si hubiera dicho, si hubiera ido...

¡Que difícil es decir adiós! Tenemos apego por diferentes cosas, por cariño, por amor, costumbre o por no sentirnos solos, muchas veces damos por hecho que las personas van a estar ahí siempre para nosotros, lo cierto es que al salir de casa no tenemos la certeza de volver, por eso, hay que despedirnos bien, con un abrazo un beso y una sonrisa de oreja a oreja, acompañado de un te quiero, por si no regresamos, por si las dudas.


Un beso hasta el cielo para los que ya no están aquí y un
abrazo  para los que tenemos fe en volver a verlos.



YMatlalcuatzisánchez




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