No soy del club de los optimistas.
No soy del club de los optimistas.
Hoy a mis ya casi 42 años entiendo que en cada cosa que nos pasa, lo que nos define es la actitud que tomamos ante la situaciones que la vida nos presenta, ya no hay drama de ¿por qué a mí? me llevo un poco de tiempo, pero ahora digo ¿para qué? ¿qué voy a aprender? ¿para qué me va a servir? y entonces entro en un modo zen, tomar lo mejor de cada cosa, porque podemos perderlo todo, menos la lección.
En medio de todo eso, yo en mi cabeza, sufriendo mi propio infierno, ¿Cuándo terminara? ¿Y si es covid? ¿alguien morirá? (mi madre murió hace 10 meses) Me siento cansada, harta, confundida, temerosa, pasan los días y yo voy y vengo, atiendo a mi familia, después de 2 días, cuando mi hermana se recupera un poco, le pido que valla a casa de mi papá, le digo con el corazón roto (en encantaría seguir cuidando de ella, pero estamos en un espacio muy reducido) que yo también necesito descansar. Después me arrepentiría, mi papá nunca cuido niños pequeños, no sabe cuidar enfermos, le pregunto a mi hermana ¿Cómo estas? me contesta que mi papá le ofrece té y se lo hirviendo, ella tenía llagas en la garganta...
A estas alturas ya no me cuestiono nada, solo quiero que termine, la enfermedad, las medicinas y las visitas al doctor, ya me ve con desconfianza, tal vez piense que estoy enamorada de él jajajajaja no he dejado de visitar su consultorio por 2 semanas y de pilón le llevo a mi papá, ¿acaso creería que iba a pedir su mano? jajajaja
No todas las circunstancias se prestan para ser positiva. En esta ocasión no pude, no quise, ni me entere, estaba tan ensimismada, que solo me deje ir, puse el piloto automático, a la hora de lavar trastes aprovechaba para llorar, los días eran eternos y sólo quería que llegara la noche, me acorrucaba con mis hijos, en el fondo creo que fue lo mejor, poco a poco todo vuelve a la normalidad y poco a poco vuelve a mí la esperanza.
Cuando más oscura se ve la noche, más se próxima el día, cuando creo que ya no puede empeorar la situación, algo pasa y al mismo tiempo algo se compone, entonces siento como el alma me vuelve al cuerpo y la normalidad se va volviendo cotidianeidad y me vuelvo a sentir otra vez yo.
Ahora que todo esta quedando atrás pienso que fue un modo de ponernos en pausa, para que enfermos, nuestros cuerpos descansaran, se limpiaran, tomaran nuevos bríos y retomáramos mejor que como estábamos antes de enfermarnos.
Ahora, puedo considera entrar al club de los optimistas, o por lo menos ver lo mejor que un nuevo día tiene por ofrecer.
Leo este mensaje y de alguna manera me siento muy identificada porque así me sucedió, hubo un momento en el que me sentí en un caos, yo veía por mis hijos, mi esposo, incluso con mi papá hasta que un día no aguantó mi cuerpo..... Quien veía por mi???? Nadie porque tenía mil cosas que hacer entre mi trabajo y mi labor de madre de familia.....a Dios gracias, días después y gracias a mis papás por fin empezó a regresar todo a la normalidad, que bello saber que no soy la única que pasa por esto ....
ResponderEliminarQue difícil situación, pero no estamos solas, muchas veces sentimos pena por decir como nos sentimos o simplemente no sabemos pedir ayuda. Este es un espacio seguro para compartir. Un gran abrazo y recuerda aquí nos acompañamos.
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