¿A quién le importa? ¿Debería de importarme?

Conforme vamos creciendo la necesidad de aprobación de quienes nos rodean, nos importa y a veces más de la cuenta, obviamente de niños la aprobación que buscamos es la de nuestros padres. Más grandes de nuestros compañeros de colegio, de trabajo, en fin del círculo en el que nos desenvolvemos. Y así, cuando contamos nuestros planes más de uno nos preguntarán ¿Enserio? ¿Para qué?¿Estás seguro? ¿No crees que es muy difícil? Como cuando después de entrenar 3 o 4 meses te inscribes a una carrera, la cara de incredulidad de las personas, muchas veces ni siquiera es preciso que digan nada, es como si de repente pudieras leer la mente... ¿A tu edad? En ese entonces tenía 39 ¿Con esa panza? La sigo teniendo ¿No tienes cuerpo de corredora? Tengo 2 piernas que funcionan bien, soy una corredora. 



Con el tiempo aprendemos a hacer nuestras cosas en silencio, para no tener que dar explicaciones de ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Con quién? y aun así nunca falta el  que pregunta nada más para estar jorobando, con el fin de molestar. Generalmente son personas que no están felices consigo mismos y encuentran cierto placer en estar viendo lo que hacen o no los demás. No seas una de esas personas, por favor.

Maduramos, crecemos y llegamos a una edad en donde nos importa un carajo lo que opinen de nosotros y es más tenemos cierto gusto por decir:  "échame tierra y veras como florezco" como diría Frida Kalo. Que gratificante es decir "Ya ves como si pude" "Triunfando como siempre mi amor" Y cuando sentimos que no podemos más pensamos en nuestros detractores y lo placentero que sería para ellos vernos fracasar... Son gasolina que nos da ese último empujón. En el fondo los resentidos, no son más que fans confundidos, siempre están pendientes de lo que hacemos y de lo que no, en cualquier de los casos nunca será suficiente lo que hagamos. Gracias por no confiar en mi han sido mi porra, me motivan a ir por más.

¿Pero, por qué nos importa? ¿Realmente necesitamos aprobación? No, no la necesitamos, pero como crecimos con el "deberías"  ¿Cómo por qué? Al final del día todos tenemos una opinión, pero solo nos debemos explicaciones a nosotros mismos, que difícil es aceptar que no debemos esperar nada de nadie, que no debemos tomar consejos de personas que no lidiarán con los resultados, que nuestras decisiones son nuestras, es nuestra vida y lo que opine el mundo esta demás. Esta vida, nuestra vida es como una película en donde somos los protagonistas y sí, el final me gustaría que fuera feliz, aunque durante el camino atravesemos por diversas vicisitudes, tengo la firme creencia que después de trabajar en nosotros mismos, podemos romper esquemas, conceptos preconcebidos, salirnos del molde donde nos acomodamos, tenemos la capacidad de reaprender lo que es el amor, el bienestar, bueno malo, conveniente,

Claro está que en el camino al encontraremos a algunas personas que nos digan: ya no eres como antes, has cambiado, te has vuelto otra persona, generalmente es porque ya no pueden manipularnos emocionalmente, ya no accedemos a sus pedidos, o ya no tienen beneficios de nuestra persona y está bien, dentro del camino de aprender a priorizarnos, está el aprender a poner límites y es muy satisfactorio cuando te das cuenta que decir NO, no te hace mala persona, es bien difícil verbalizar: no quiero, no puedo, no tengo ganas, pero, inténtalo, descubrirás que te trae paz, mucha paz mental.

Quédate con las personas que  te digan: que bien te ves, no se te has hecho pero te noto genial, te noto contenta, contento, te vez feliz, esas son las personas que te notan, que les alegra verte crecer, que comparten contigo el cambio.  A partir de hoy haré oídos sordos a las opiniones no pedidas y les abriré la puerta para que se marchen y al mismo tiempo buscare personas que estén en la misma frecuencia que yo, sé que se irán personas que se han quedado en el limbo, que por alguna circunstancia no quieren dar ese salto de fe consigo mismos, pero también entiendo que están en su proceso y que en algún momento nuestros caminos se volverán a cruzar.

Por un momento creo que estos pensamientos no son solo la consecuencia de ir a terapia, sino que ya también es la edad, ahora ya no me importa tener la razón, prefiero tener paz, ya no quiero salir (creo que si disfrute la pachanga) me gusto más, disfruto estar conmigo misma, prefiero mantener mi distancia, ya no espero nada de nadie (y no en mal plan) ya no me frustro tan fácilmente como antes, ya me hago de la vista gorda con muchas cosas (elijo mejor mis batallas) ya no platico mis planes... ahh estoy disfrutando mucho esta etapa de mi vida, eso no quiere decir que no tenga problemas o que tenga la vida resuelta, tengo resueltas otras cosas como la panza, las nalgas... Pero no, siguen las altas y bajas pero sigo más relax, según yo.

A ti  ¿Te importa la opinión de los demás?

Seamos felices, nos lo debemos.


YmatlalcuatziSánchez

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