Un día a la vez.
La verdad me gusta iniciar bien mi día, pero cuando toca día de perros no hay modo, los niños no se quieren levantar para el colegio, alguien no puso el material que le pidieron, llegas a nada de que te cierren la puerta, regreso a casa, llevo el almuerzo, hago unos mandados, ya es hora de ir por los niños, en la tarde los chicos salen tarde, mucho sol, ya se hizo tarde para preparar la comida, correr para llevar a alguien a una actividad, regresar a hacer tareas, no he comido, ya hay que meter a bañar a los niños, salir a hacer unos pendientes, ya quiero dormir y todavía no he cenado, me faltan márgenes en los cuadernos de Diego, planchar la camisa del uniforme, hoy no se pudo entrenar... Adiós, mañana será un mejor día.
Pasan los días y las cosas van más o menos igual. Es muy cansado tratar de ser positivo cuando apenas me levanto y ya quiero que acabe el día, se me ha hecho pesada esta semana porque por alguna razón ... La extraño tanto, suspiro y me hace tanta falta, quisiera un abrazo, una palabra, una caricia... Ella ya no solo era mi mamá, también era mi compañera de maternidad, con la que compartía todo lo que me pasa como mamá, con quien reía y lloraba por las cosas que hacen los niños.
Mis hijos están en diferentes etapas de vida, les pasan cosas propias de su edad y la verdad es que su normalidad, su niñes, no es equiparable a lo que yo viví en mi época , trato de mantenerme al día, pero me preocupa no estar a la altura de sus necesidades, hago lo que puedo pero por alguna extraña razón pasan cosas que me hacen cuestionarme ¿Qué también lo estoy haciendo? ¿Fracasaré en el intento? ¿Hasta dónde puedo ser amigable?
Junto con todo esto las personas se sienten con la libertad de dar su opinión, si fueran mis hijos, yo x y z. Los que no tienen hijos, también tienen su opinión, los que les dejan sus hijos a los abuelos, bueno ¿Qué les digo? las profesoras por su puesto, pero ¿saben qué? Cada familia, cada hogar, cada niño tiene su particularidad y sus desafíos, tengo 3 hijos y cada uno tiene su personalidad, sus propias necesidades y de por sí ya es complicado tener un dialogo interno de maternidad responsable conmigo misma, imaginen estar lidiando con opiniones ajenas... Es a-go-ta-dor.
Es duro porque este camino de la maternidad me ha tocado vivirlo en solitario, no tengo gente cercana que considere mis amigas, amigos con hijos de la misma edad y en la escuela es un poco de lo mismo, soy muy vieja para encajar con las mamás jóvenes (son unas bebés) y estoy "joven" para encajar con las abuelitas que se hacen cargo de los nietos. Debo confesar que me es difícil entablar relación de amistad con mujeres (somos un poco difíciles) Y aunque tengo conocidas con las que hago buen equipo para pedir y pasar tareas cuando los niños faltan, o no se puede ir a una junta, pasar o pedir que recojan a un niño, no es lo mismo. En resumen me siento perdida... Mi mamá me daba cierta perspectiva cuando sentía que me sobrepasaba la maternidad, me consolaba, me apoyaba, me decía: no te preocupes, esto también pasará.
Y también entiendo que esto es parte de mi duelo, esto no es algo lineal, hay altibajos, el duelo por la pérdida de un ser querido no es una fase, es una nueva realidad en la que cada persona se está adaptando.
Se que esta sensación pasará y que eventualmente las cosas se acomodarán, solo es cuestión de dejar que los sentimientos fluyan, que la tristeza se pase, que el consuelo llegue y confiar en que mañana tendré un nuevo día para decir: ¡¡¡Va de nuevo!!!
Y seguramente alguien me dirá -Te ves de lo más normal- Pues sí, he aprendido a que las cosas pasan de una u otra forma y que cuando me siento mal, debo poner atención a cosas que me saquen de mis agobios, por ejemplo ir a correr o entrenar en casa, tal vez no lo haga con la misma intensidad pero por un momento me desapego de mis dolencias, de mis preocupaciones.
Lo siento esta semana el optimismo y el positivismo no ganaron, pero de eso se trata esto, de estar bien, mal, regular, pero sin dejar de intentar, de reconocer, de trabajar las emociones, para crecer. Un día a la vez, porque como dice la canción "Siempre vendrán tiempos mejores"
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Esto es, mi terapia. |
P.D. Y sé que un mal día, una mala semana, no me hace mala mamá, solo soy una mujer cansada, que tiene que hacer una pausa, para poder seguir adelante. Si alguna mamá se identifica, quiero decirte que todas en un punto nos sentimos así, solo que unas disimulan mejor que otras, la que te diga que no es cierto, te está mintiendo. ¡¡¡Ánimo!!!
YMatlalcuatziSáncgez
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